No puedo dormir. Será esta endiablada ansiedad que se apodera de mi cuerpo. Prepararé una tila para ver si puedo calmarme. Mientras tanto, procuraré evadir mi mente de angustiosos pensamientos, dejando mi mente en blanco.
Al rato, soy capaz de observar una silueta en la infinita oscuridad de mi mente, la cual no consigo distinguir puesto que aparece a una notable distancia de mí. Poco a poco voy familiarizándome con dicha silueta, hasta que consigo identificarla con un nombre, un instante, un sentimiento...
De pronto, mi corazón vuelve a acelerarse aún más, llegando incluso a sentir que quiere escapar de mi pecho. En este momento de lucidez en el que disfruto, no necesito que me ayuden, estoy bien así, o eso creo. Así que es preciso seguir pensando, ya que millones ideas rondan por mi cabeza.
Necesito dormir…
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